martes, 26 de octubre de 2010

ARTE RENACENTISTA

Simultáneamente a la revolución operada en el mundo de las letras y en el de las ideas, a principios del siglo XV surgió en Italia un movimiento artístico conocido por la Rinascita, que alcanzaría un impulso extraordinario. Durante el mismo, se produce un fuerte proceso de liberación de la individualidad del artista.
Siguiendo los modelos de la Antigüedad clásica greco-romana y gracias a la búsqueda de las bases científicas del arte, surge en Florencia el primer Renacimiento, correspondiente al siglo XV o Quattrocento.
Durante la segunda fase del Renacimiento o Cinquecento (siglo XVI), la hegemonía cultural pasó de Florencia a Roma, donde los papas, con su labor de mecenas culturales, fueron auténticos impulsores del arte.
Los artistas generalmente mostraban en sus pinturas el cielo y santos, y llevaron poca relación a lo que se encontraba con la tierra. Sin embargo, el hombre comenzó a realizar (comprender) su importancia y efecto sobre el mundo. Las figuras se hicieron más realistas, el espacio se hizo más verdadero y la historia cristiana comenzó a ser vista de un punto de vista humano.
Como las décadas siguieron los artistas fueron capaces de recrear el mundo sobre paneles, frescos y retablos con la facilidad creciente. Comenzando con los trabajos estilizados de Giotto y Masaccio, el renacimiento culminó en creaciones monumentales de Leonardo, Rafael, y Miguel Angel.
Con las guerras que sufrió Italia en esta época, muchos artistas italianos emigraron y su exilio sirvió para propagar el estilo renacentistas por toda la geografía de Europa occidental.
El desarrollo de los principios de la perspectiva lineal, llevado a cabo por varios arquitectos y escultores a principios del siglo XV, permitió a los pintores conseguir, por medio de la representación bidimensional, la ilusión del espacio tridimensional. Muchos de los artistas del primer renacimiento —como Paolo Uccello, Piero della Francesca y Andrea Mantegna— se valieron del empleo dramático de la perspectiva y del escorzo en su dibujo para producir la ilusión de la prolongación de un objeto o figura en el espacio. Mientras artistas italianos renacentistas pusieron el énfasis sobre la perspectiva y la ilusión de espacio, artistas alemanes y flandeses estuvieron más interesados en pintura detallada, parecida a una joya del mundo alrededor de ellos.
La exploración de la anatomía condujo a un mayor entendimiento de la representación de la forma humana. También se empezaba a utilizar la pintura al óleo, desafiando a la antigua supremacía del temple y del fresco. Los pintores que explotaban el potencial de la nueva técnica trabajaban superponiendo estratos de veladuras de óleo transparentes y los lienzos sustituyeron a las antiguas tablas. Algo más tarde, otros artistas, sobre todo los que trabajaban en Venecia —especialmente Domenico Veneziano, Giovanni Bellini y Giorgione— destacaron por los tonos cálidos de sus óleos.
En este período podemos nombrar a artistas como: Masaccio, Botticelli, Leonardo da Vinci, Miguel Ángel, Rafael, Correggio, Tiziano, El Veronés, entre otros.










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